lunes, 17 de noviembre de 2008

La Escritura



Hoy tratando de recordar cuanto tiempo hace que no escribo una carta manuscrita…retrocedo en el tiempo y recuerdo la vieja y querida pluma,… me veo en un banco de escuela, con el tintero ubicado al centro, la hoja de papel secante…y los”enchastres” que hacia.
Soy de una generación en que tanto padres como maestros me enseñaron a tener buena letra, a escribir bien y por supuesto sin faltas de ortografía.
Lo de las faltas de ortografía, lo lograron lo de la letras hasta por ahí nomás
Recuerdo las palabras de mi maestra…una buena letra es la antesala de que todos te entiendan... Y tenia razón, lo he sentido a lo largo de mi vida. He tenido la suerte además de pertenecer a una generación que fue educada y examinada a pluma…los exámenes los teníamos que hacer con pluma y tinta, la letra y la manera de escribir daban nota a la asignatura fuese de la materia que fuese. Teníamos que saber escribir y por supuesto el añadido de las faltas de ortografía que se castigaban en la totalidad del examen.
Muchos dirán que era una barbaridad o un rigor demasiado fuerte para chicos con tan poca edad. El tiempo me ha demostrado que valía la pena el esfuerzo en vistas de lo que ahora sucede con la juventud.
No quiero ni siquiera ver sus escritos, pero algunas veces me doy cuenta realmente hasta donde están llegando las cosas. Yo también he educado a mis hijos, pero siempre sus profesores han obviado la caligrafía, la ortografía, y todo lo que se relaciona con la escritura…es algo que no puedo comprender siempre pensé que si cometemos faltas y no las reparamos, estas se convertirán en costumbre y vendrán mas aun.
Mi padre siempre escribía con pluma en su trabajo, en su tiempo libre y por supuesto en aquellos papeles que iban dirigidos a asuntos importantes, tenia una letra hermosa y las mayúsculas con un “rococó” que adornaba sus escritos de manera inigualable.
Gracias a el comprendí que la escritura es un arte y como tal hay que mimarlo y hacerlo legible para todos
Puede resultar difícil imaginar que en la era del teclado sobreviva un sistema de escritura manual que provoque tal agrado… quien haya tenido la fortuna de usar una pluma compartirá mi opinión. Además esta escritura no requiere de esfuerzo; se pueden escribir páginas y páginas sin que duela la mano.
He tenido el privilegio de usar los plumines antiguos, de los que había que mojar en el tintero y luego los que hoy todavía perduran con cámara de tinta o cartuchos.
Es tal la sensación que provoca el deslizar la pluma por el papel y ver surgir ese trazo tan elegante y particular que es imposible describirlo.
Hoy veo los comerciales de la próxima pluma computarizada y me siento...un poco antiguo...Por no decir que ya soy un viejo romántico pasado de moda.


El Divagante..

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